lunes, diciembre 18, 2006

Sin disturbios no hay noticia

Hoy, social y culturalmente, el país ha mutado. Estamos en un Chile donde la organización social se reorganiza y más bien, renueva sus fuerzas. Pero lo que claramente grafica estos tiempos de actividad social, es la instalación de una generación de jóvenes que quiebra con el propio paradigma de la apatía y desafección política que se le ha impuesto: la generación del “estoy ni ahí”.


El 1ero de octubre 2006, en Plaza Italia el ombligo de Chile, por segundo año consecutivo la JS junto a otras organizaciones sociales juveniles, bajo el nombre de “Unidos x la Diversidad”, reunimos más de 23 mil jóvenes según cálculos de la organización del evento y carabineros. Fueron 13 organizaciones y más de 16 bandas nacionales, que dieron vida a un evento de más de 6 horas continuas de música, consignas y ferias ciudadanas, en torno a la no violencia y la no discriminación, plataforma de una diversidad juvenil de grueso calibre. Desde raperos, hiphoperos, metaleros y punk’s a etnias originarias, homosexuales, ambientalistas, defensores de los derechos de la mujer, extranjeros, palestinos, estudiantes y artistas de renombre de estilos diametralmente diferentes. Todas y todos reunidos en un mismo lugar por un día.


Un número suculento de minorías ciudadanas de la juventud chilena, lo supuestamente irreconciliable, unidos por una misma causa de la integración juvenil. Reclamamos la expresión igualitaria de la diversidad, el espacio justo que todos merecemos. Ese día, todas esas minorías unidas se transformaron en una inmensa mayoría.


Por eso sorprende, que con más de 120 periodistas acreditados en un acto político juvenil único en Chile, de la pasividad y convocatoria que tuvo, en un lugar simbólico como la Plz. Italia, con un motivo y causa tan poderosa como lo es la discriminación y la violencia, los medios de comunicación de todo tipo no hayan comunicado tal hecho. ¡Ah! Claro, no hubo disturbios ni detenidos... No hubo noticia justificarán algunos.


En consecuencia, ¿Cómo no va a haber desconfianza por parte de la ciudadanía frente a los medios que los informan? ¿Cómo no poner en duda la intencionalidad dirigida de las líneas editoriales de los medios de comunicación del país?Siempre se cuestiona la labor periodística pero ¿Porqué cuestionar a los periodistas los cuales son recolectores de la información y estuvieron, despacharon, cubrieron y a pesar de ello la noticia fue mínima prácticamente banal? ¿No son acaso los comités editoriales y los editores los que seleccionan la información que sus medios comunican? ¿Nos son esos personajes, aquellos (as) que muchas veces ponen en contradicción la línea editorial plural que la mayoría de los medios declara tener? ¿Porqué no va a ser pública la duda que hay sobre la objetividad periodística? ¿Porqué se extrañan las líneas editoriales del clima que la ciudadanía percibe respecto al manejo disfrazado de los medios de comunicación con fines políticos y económicos particulares?


Lo que queda claro, es que hay discriminación en todo ámbito de nuestra “democracia” y que la distribución plural de la información es vital. Lograr un país radicalmente más democrático, equitativo, igualitario y justo, demanda concentrar energía no sólo en la concreción de las iniciativas ciudadanas sino del mismo modo con la misma intensidad, destinar fuerza a la distribución igualitaria de una información plural de calidad. Sin embargo, la conclusión es la misma, tiene que cambiar y transformarse, reformarse el actual sistema de información que la ciudadanía chilena tiene si el objetivo de la mayoría del país, es profundizar la democracia.


Es precisamente, lo que las y los jóvenes que nos reunimos el 1ero de octubre entendimos. En el Chile actual, se vienen formando generaciones de ciudadanos muy distintos entre sí, que paradójicamente son indiscriminadamente discriminados por la cultura y la estructura cultural y jurídica de Chile, y que a pesar de ello, potencian su diversidad como un trampolín para que la democracia progrese y se profundice, para que reine la tolerancia y el respeto a la diferencia que es la riqueza de un país que avanza.

JS llama a democratizar las FF. AA.

En la tarde del día de –sábado- la Juventud Socialista de Chile concurrió a la entrada principal de la Escuela Militar en la comuna de Las Condes, para manifestarse por un FF. AA. Para todas y todos los chilenos.

Con un gran lienzo con la consigna “FF. AA. Para tod@s”. y “más democracia para Chile”, las y los jóvenes se apostaron en la entrada del frontis de Escuela Militar, expresando “dejen yá, la imagen del ladrón, las fuerzas armadas son de la nación”.

El presidente de la JS, Juan-Pablo Pallamar dijo “la JS ha concurrido hasta la Escuela Militar, para manifestar su profundo malestar respecto a los honores que el ejército de Chile rindió al dictador y genocida, Augusto Pinochet Ugarte. Las fuerzas armadas son de todas y todos los chilenos y por lo tanto no corresponde que hagan ‘vista gorda’ respecto a las y los miles de compatriotas que fueron asesinados por la acción sistemática del ejército de Chile cuando este era comandado por el fallecido Pinochet”.

En el mismo sentido, Pallamar emplazó al comandante en jefe de las FF. AA., general Oscar Izurieta, diciendo que “hacemos un llamado al ejército de Chile, especialmente al general Izurieta, a iniciar una nueva etapa en las FF. AA., asumiendo la responsabilidad de contribuir a escribir correctamente la historia de Chile y en el esclarecimiento del paradero y la justicia de las víctimas de genocidio perpetrado por Pinochet. Concurrimos el miércoles pasado al edificio de las FF. AA. y entregamos al general Izurieta una carta con la finalidad de que el nieto de Pinochet sea dado de baja, y por lo mismo estamos convencidos que las nuevas generaciones tienen un rol importantísimo en relación a la historia común que las y los chilenos debemos asumir, por lo que es procedente que el ejército exprese su voluntad de escuchar las nuevas generaciones de jóvenes, transversalmente, sobre un pasado que por no resuelto en los tribunales de justicia aun divide al país”.

Por otro lado, el timonel de la JS, también afirmó en relación al discurso del ex general Pinochet Molina, nieto del difunto Pinochet Ugarte, que “no vemos la baja de Pinochet Molina del ejército, como un gesto del mundo militar, sino como lo que corresponde a la ley cuando en Chile es soberano un estado de derecho que establece las FF. AA. como una institución del Estado no deliberante y que por tanto debe mantenerse al margen de la política nacional. En consecuencia nos parece más lamentable que el ejército rinda honores a un genocida”.

La manifestación culminó sin problemas ni incidentes. Los jóvenes socialistas anunciaron más medidas y acciones en virtud de la democratización de las FF. AA. y dijeron estar al espera de una respuesta por parte del general Izurieta.



jueves, diciembre 14, 2006

JS EXIGIÓ BAJA DE NIETO DE PINOCHET

A medio día del día miércoles 13 de diciembre, la Juventud Socialista de Chile manifestó en el frontis del edificio de las FF. AA. ubicado en calle Zenteno, repudiando a Pinochet Ugarte y entregó una carta a Oscar Izurieta, Cmdte. en Jefe de las FF.AA. manifestando su rechazo a los honores que el ejército rindió al fallecido Pinochet Ugarte y exigió que Izurieta diera de baja al capitán Augusto Pinochet Molina, nieto del ex dictador, por el discurso político que diera ayer en el funeral de su abuelo.

Al lugar, las y los jóvenes concurrieron con un lienzo que decía “un ejército para todas y todos los chilenos” cantando “Pinochet Molina avalai al genocida, y por ‘cara de raja’ te queremos dar de baja”.

El presidente de la Juventud Socialista de Chile, Juan-Pablo Pallamar, dijo “el ejército de Chile ha traspasado los límites de la institucionalidad democrática. Los dichos de Pinochet Molina son políticos y quiebran el carácter no deliberante de las FF. AA.” y agregó “que no sólo es complicado que las FF AA. rindan homenaje al oscuro responsable del asesinato de miles de jóvenes chilenos sino es una vergüenza que a las FF. AA. sigan creyendo que pueden pasar por sobre el estado democrático. La situación es muy grave y por lo tanto requiere medidas categóricas, ¡nosotros exigimos que el señor Pinochet Molina sea dado de baja!”.

Acompañado de Daniel Manouchehri y otros dirigentes de la JS, intentaron llegar hasta la entrada misma del edificio, lugar donde fueron interceptados por carabineros, quienes les bloquearon el paso provocando algunos forcejeos que no pasaron a mayores.

Pallamar concluyó que “lo que ha sucedido todos estos días es lamentable para historia de Chile y debemos recordar que aun no se ha hecho justicia. El secretario general de la JS y diputado de la república, Carlos Lorca, aun sigue desaparecido así como muchos; por lo que es una aberración que la derecha y hasta el propio Izurieta justifique los atropellos a los derechos humanos cometidos por Pinochet Ugarte. Esperamos que el ejército rectifique y el gobierno tome medidas mucho más drásticas porque las FF. AA. no tienen el derecho a hacer lo que se les antoje.”

La manifestación terminó sin problemas y con el anuncio de que “seguiremos presionando para que las sanciones no sean un mero saludo a la bandera” dijo el timonel de la JS.
Adjuntamos carta entregada a Izurieta


ADJUNTA DOCUMENTO
Santiago de Chile, miércoles 13 de diciembre 2006
Sr. Oscar Izurieta
Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas
República de Chile
Presente


De mi consideración:

En el contexto de la muerte del dictador sr. Augusto Pinochet Ugarte y los sucesos de su funeral. El cual estuvo marcado por los honores que el ejército rindió al difunto Pinochet, en calidad de ex comandante en Jefe de las FF. AA., honores que no compartimos por ser el Ejército de Chile de todas y todos los chilenos; y politizado por el capitán en ejercicio sr. Augusto Pinochet Molina, nieto del genocida, el cual dictó en el funeral de Pinochet Ugarte, un discurso político que compromete gravemente al Ejército con la política nacional que atenta con la ley y la constitución de Chile, en relación, a que las FF.AA. no son deliberantes e igualmente grave, por lo divisorio de su contenido que posiciona las FF. AA. de Chile como una entidad del Estado que avala el genocidio perpetrado, por el fallecido sr. Augusto Pinochet Ugarte, a miles de ciudadanas y ciudadanos chilenos.

Ante estos hechos le expresamos nuestro más profundo malestar por aquellas graves situaciones que anteriormente describo, por lo que exigimos al Ejército de Chile, por intermedio suyo en su calidad de Comandante en Jefe de las FF. AA., dar la baja deshonrosa de la institución, al capitán Augusto Pinochet Molina.

Sin otro particular, atentamente,

Juan-Pablo Pallamar Urzúa
Presidente Nacional
Juventud Socialista de Chile

lunes, diciembre 11, 2006

Pinochet muere, su atrocidad se mantiene


El recién pasado lunes 10 de diciembre 2006, murió Augusto Pinochet. Dictador y genocida, ladrón del estado chileno, bestia responsable de la muerte de miles y miles, de jóvenes -muchas veces niños-, mujeres, ancianos, indígenas, homosexuales, trabajadores y estudiantes, artístas e intelectuales, campesinos y obreros, pescadores y artesanos.

Fueron más de 6 mil las y los que fenecieron bajo el yugo exterminador de un felón militar, amparado por la conspiración, el respaldo fáctico de los poderes económicos de Chile y otros países, así como por la acción secreta y hoy reconocida de un estado poderoso como Estados Unidos de Norte América. Todas y todos, murieron en campos de concentración, a vista y paciencia de la derecha que apoyó a Pinochet y que en cada campaña electoral se le distancia; y más del 40% de aquellos seres humanos, de los cuales, a más de 33 años del golpe de Estado dado por lo militares y a más de 17 años de la recuperación de la democracia por las fuerzas políticas democráticas, aun se desconoce su paradero.




"Murió el criminal" se vitoreaba ayer, en el ombligo de Chile, la plaza Italia. Mucha alegría, mucha euforia. El pueblo sonreía y como hace mucho tiempo no hacía, o no lograba hacer, colmaba espontáneamente la avenida principal de Santiago de Chile, la "gran" Alameda. Ayer se abrió nuevamente la gran Alameda. Ayer, como en todas las ciudades del país, pasó libre la juventud, las mujeres y hombres diversos, la gente de Chile. Realmente emocionante.




Sin embargo, como a muchos, nos intrigaba la duda. ¿Será cierto? ¡Necesito ver el cuerpo! Me decía en la cabeza, al mismo tiempo que uno asumía que la justicia, aquella con la que vivimos, la de los tribunales de justica de Chile, no le llegaría. Visto por la TV el cuerpo en su féretro, en la Escuela Militar de Chile, la rata muerta de alguna forma reía, de otra, era patética.




Y así miles más, torturados y exiliados, hijos de detenidos desaparecidos, de ejecutados, de torturados y exiliados; de miles de chilenas y chilenos que durante años y años, fueron obligados al silencio, a no decir, a no expresar. Ayer, todas y todos fuimos marcados sorpresivamente, por una fecha que sabíamos que en algún momento llegaría a pesar de lo que durante una semana se gestaba.




La historia no se detiene y como decía Salvador Allende, ésta [...] es nuestra y la hacen los pueblos.




Recomienza el debate. Y, no. La transición no ha terminado. Digan lo que digan. sin embargo a la reforma constitucional realizada por el gobierno de Lagos, sin embargo a los muchos avances económicos, políticos, sociales y culturales de la Concertación -aunque otras y otros no reconozcan la evidencia-. Tampoco ha terminado la transición porque falte tanto por avanzar en materia social, política y cultural o porque la deuda social y humana de Chile aun sea profunda. Lo era también antes del golpe, antes de la UP, desde que el mundo ha sido mundo, desde que en el mismo hay gente que lucha contra la igualdad y la equidad social, y más bien, hace la guerra para su beneficio personal.




La transición no ha terminado porque aun no ha habido una justicia categórica y esclarecedora. Pareciera que ciertamente, la justicia chilena no quiere hacer bien su trabajo (y no nos desorientemos en tonteras -hasta periodísticas y amarillas- por pensar o insinuar con supuesto criterio objetivo, que la justicia quiere hacer bien su trabajo pero no le resulta). La justicia chilena no ha sido categórica -no con la historia sino- con la gente y la ciudadanía chilena. Ha preferido mantener la nebulosa, la impunidad y eso es lamentable. Es ahora su obligación, y más que todo, de la ciudadanía chilena, presionar con más fuerza que nunca, reimpulsar con toda toda su voz, la justicia que deben dar los tribunales a las y los Detenidos Desaparecidos, las y los asesinados y ejecutados, las y los torturados, las y los exiliados y exonerados, a las y los acallados.




Pero la otra tarea inexcusable y paralela, aquella que impone también el fin de la transición, el alcance de una democracia plena que pueda seguir avanzando, es decir, la reconciliación, es la abolición del sistema binominal y la reforma profunda que necesita la nueva Constitución Política progresista del Chile que avanza en unidad. Por más que nos hemos esforzado, por más que durante 16 años de Concertación se ha avanzado, por más que sea evidente que las cosas son diferentes, en nuestra nación siguen existiendo ciudadanos y ciudadanas de primera, segunda y tercera categoría.




Aquello no sólo es producto de la economía y de la lucha entre ricos y pobres. Precisamente hoy,es una diferencia consolidada y oficializada por la Constitución del 80' aquella promulgada por Pinochet. El genocida la institucionalizó en Chile estableciendo desde la misma matriz democrática -la constitución- el completo sistema de desigualdad que hoy impera en nuestro país. Desde el lugar de lo que siempre permanece y que con mucha dificultad puede cambiar.




Pinochet muere y termina, cuando su atrocidad -"su obra" como dicen los pinochestista- haya sido erradicada, transformada, reemplazada y cambiada por un sentido y principio de igualdad democrática en el sistema político, judicial, legislativo, cultural, educacional, económico y social del Chile y el mundo al cual las y los jóvenes progresitas y de izquierda, las nuevas generaciones socialistas debemos golpear y atacar con la constancia de toda nuestra potencia.