El cargo de Presidente Nacional de la JSCH, es una institución que tiene por finalidad, conducir los rumbos de la Juventud Socialista de Chile. Para ello, debe representar ante la comunidad comunal, regional, nacional e internacional, los jóvenes socialistas de Chile. Aquí encontrarás, los diversos acontecimientos y pleanteamientos políticos de la Presidencia Nacional de la JSCH, cuando esta fue conducida por Juan-Pablo Pallamar Urzúa, entre el 2005 y el 2007.
jueves, agosto 03, 2006
Unidad socialista: La transformación debe continuar
Cuando esta gestión asumió, nos encontrábamos en una pequeña sala del PS, ahí en calle París, con un computador que con suerte procesaba el programa “word”. Hoy podemos decir que eso cambió. Nuestra nueva y primera sede después de 32 años, es logro de esta gestión y el reflejo de nuestra dinámica, activa y creciente organización juvenil.
Sin embargo, cambios de esa magnitud así como el hecho de que en diez meses hemos engrosado en más de mil ochocientos nuevos militantes nuestras filas, que movilizamos a más de 150 mil jóvenes durante la campaña presidencial de Michelle Bachelet, y a otros 20 mil fuera de ella, en otras causas juveniles, que estamos presentes en los medios de comunicación o que la JS hoy históricamente represente más del 18% del Comité Central del PS, son potentes logros que por sí solos son insuficientes para convertir a la JS en la fuerza política de transformación social que queremos.
Vamos por buen camino, cierto, pero debemos pensar y reflexionar en un proyecto político de unidad socialista practicado con consecuencia y radicalidad por las y los socialistas.
“Predicar pero no practicar” es una manía que las nuevas generaciones debemos extirpar de nuestros códigos. Continuar con la transformación iniciada nos obliga a dotar de un contenido político profundo y concreto a la JS. Porque a punta de generalidades y de frases para el bronce no se profundiza la democracia ni se construye el socialismo.
Esa fue la “revolución de los pingüinos”. Porfiados hechos. Fue el acontecimiento que culminó con esa mentira que nos impusieron por mucho tiempo las generaciones que hoy están en el poder empresarial y político: “la juventud del estoy ni ahí”. Fue la falacia de la que todas y todos -parlamentarios, alcaldes, dirigentes partidarios, madres y padres, ejecutivos empresarios, autoridades de gobierno, la clase política en general, así como aquellos que se dejaron embelesar-, fueron cómplices con su silencio otorgando y dejando que la juventud chilena se hundiera en el pesimismo y el menoscabo de su autoestima. Son aquellos que dejaron que la juventud de Chile se marginara y que hoy pretenden obligar a votar con la inscripción automática y voto obligatorio.
En la JS hemos entendido eso y debemos seguir cimentando nuestro rol juvenil. Para ello, acciones consistentes y concretas son esenciales, por lo cual debemos acelerar el recambio generacional y el proceso político del PS. Las generaciones que hoy se encuentran a la cabeza de la organización juvenil, aquella de los 26 a 28 años debe dar un paso al lado en la conducción de la JS, en esta elección 2006. Si hemos luchado tanto para que aquellas y aquellos reelectos tres, cuatro hasta cinco veces como alcaldes, concejales o parlamentarios, no sigan ocupando su poder para engordar sus traseros y su hambre individual de privilegios, bueno entonces, debemos ser coherentes, hay que ser consecuentes y leales a nuestras ideas. Las generaciones más jóvenes están preparadas.
Claro está, luchar contra las aspiraciones individuales no es lo más fácil, sin embargo, para las y los socialistas, la prioridad es el proyecto y el bienestar colectivo. Debemos practicar nuestros principios porque construir el socialismo no es lo más complejo. Lo difícil, es ser y actuar como socialista.
Por lo mismo, pensar en una JS aun más potente, es construir una nueva tendencia de unidad socialista donde confluyan, los intereses progresistas e innovadores del movimiento juvenil socialista de Chile. El cuoteo debe dar paso a la institucionalidad y ésta a los que trabajan, no a los que pretenden seguir manteniendo por herencia las ilógicas y destructivas formas de repartirse el poder que minan el desarrollo de la organización.
Ahí está la tarea y la fuerza. Porque no sólo nos toca caminar por el flanco izquierdo y diverso de la Presidenta Bachelet, sino también, la JS debe seguir fortaleciendo su conducción política en el seno del movimiento juvenil chileno, en todos y sus más diversos frentes. Desde el mundo punk, rapero, metalero y urbano, hasta el mundo indígena, campesino y trabajador, estudiantil, de la diversidad sexual, en la esfera latinoamericana, gremial, religiosa y ciudadana, nuestra organización se ha rearmado y se ha ungido a lo largo de los 70 años de su historia.
De ahí que nuestra acción debe comprometer el movimiento socialista de Chile, para reconocer a los jóvenes en la Constitución de Chile y abrir su política hacia una nueva Constitución progresista que asiente las bases de una sociedad con justicia social, igualdad y democracia desde su matriz. De ahí que nuestra lucha debe sacar al pizarrón de forma permanente a la derecha y es precisamente en eso, donde la juventud tenemos mucho que hacer y decir. Porque nuestra verdadera lucha por la igualdad, no es ni con las marionetas UDI ni con RN, sino contra los Luksic, los Matte, los Edwards, los Larraín y todos aquellos que en silencio se apropian de Chile, controlan el poder político desde la derecha y creen poder comprarlo todo para su beneficio particular.
Pero claro está. Sin una JS y un movimiento juvenil socialista brutalmente más fuerte, estas palabras e ideas, serán una canción más del cancionero de la buena voluntad. Lo concreto es que podemos hacer mucho más si asumimos que la Renovación, la Nueva Izquierda, el Colectivo y el Tercerismo están agotados y que hoy, en los albores del siglo XXI entre los socialistas de Chile, hay muchas más coincidencias que nos unen que diferencias que nos separen. Por lo mismo, nuestro deber es confluir en una inmensa mayoría de izquierda, progresista y democrática. Nuestra responsabilidad socialista y el rol de la juventud deben amalgamarse en la Unidad Socialista de la JS y el PS.
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Por: Juan Pablo Pallamar Urzúa. Presidente Nacional Juventud Socialista de Chile.
Fuente: Diario digital, www.elmostrador.cl
martes, julio 04, 2006
Coyuntura Chilena: PS y JS
Michelle Bachelet, doctora y militante socialista, detenida, torturada y exiliada por la dictadura de Pinochet, es el rostro y la imagen de un evidente cambio en Chile, el cual cuesta percibir su real magnitud, dimensión y profundidad. En Chile hoy, se vive con fuerza un trozo de enorme importancia, de la revolución cultural que América Latina vive.
Chile es una de las tantas burbujas que se agitan de esta ebullición social que comienza a propagarse por el continente. Que encuentra ecos de reflejo en otros puntos del mundo. Como un volcán dormido que cobra vida, que poco a poco despierta, con más rapidez de la que en el fondo se espera.
Conceptualmente, es lo que ocurre en el Chile actual. Una imagen para comprender lo que ronda en la discusión socialista, en el sentir progresista de Chile.
El Factor Lagos
El presente de Chile fue concebido en parte, en su pasado más reciente. En un clima de desgaste de la coalición democrática –Concertación- posteriormente a la elección de Ricardo Lagos Escobar (primer socialista en la presidencia de Chile después de Salvador Allende) quién ganó estrechamente a Joaquín Lavín (Opus Dei) candidato de la ultra derecha.
Lagos instala su gobierno con potencia en medio de algunas dificultades y con algunas novedades cargadas de simbolismo para un país, culturalmente, muy tradicional y conservador. Incluyó dos mujeres en su gabinete; Soledad Alvear, Demócrata Cristiana y Michelle Bachelet, socialista. Las dos mujeres que cinco años más tarde, competirán por representar a la Concertación como candidatas únicas a la presidencia de la república de Chile.
Lagos impulsó en su campaña el siguiente eslogan: “Crecer con Igualdad”. A diferencia de Lavín, quién desde un principio, acuño e hizo propio “Viva el Cambio” como eslogan de campaña. Esto grafica un remezón político de fondo, no sólo para la Concertación, sino también para la izquierda extraparlamentaria (Partido Comunista –PC- y partido humanistas –PH-) que, en segunda vuelta, votó en bloque por Lagos.
Fue sorprende ver a la derecha, utilizar la palabra “cambio”. Marcando un precedente respecto a los espacios sociales que la derecha había comenzado a ocupar (sin darse cuenta el resto de los partidos) por la desmovilización y consiguiente desgaste que trajo a la Concertación, los 10 años en el poder, la coyuntura política de finales del gobierno de Frei con los resabios de una economía estancada por los efectos de la crisis asiática y la tibia conducción política del gobierno demócrata cristiano.
Así, Lavín y su “cambio” se consolidaron como un actor fuerte de la política chilena, en los difíciles comienzos de la Concertación en la administración Lagos, en la cual, por medio de muchos simbolismos paralelos a los esfuerzos de progreso, sembró la posibilidad certera de una ciudadanía que mayoritariamente eligió el 2005’, no un cambio de mano política con Lavín o Sebastián Piñera (el otro y nuevo multimillonario candidato de la derecha), sino al contrario, una transformación social con una mujer socialista de la Concertación.
La primera mujer presidenta de América
Bachelet, no tiene trayectoria común o tradicional de “político”. Siempre desde una fila alejada de las más finas decisiones de los partidos, adquiere un infrenable carisma y popularidad como Ministra de Salud pero más aun y por sobre todo, cuando asume la cartera de Ministra de Defensa. Lo cual se vuelve un hecho histórico debido al mundo que representaba: una mujer de izquierda, hija de un asesinado general de la Fuerza Aérea de Chile, brutalmente maltratada por la dictadura. Su figura es sin duda, todo un símbolo, que se nutre y potencia de la abrumadora popularidad que Lagos construyó y estableció al concluir el hasta ahora más exitoso de los gobiernos de la Concertación.
Bachelet, es un liderazgo nuevo, diferente. Que explota la espontaneidad y la humanización de las decisiones políticas. Es un estilo que proyecta una imagen de apertura al diálogo. En palabras de ella misma: una democracia participativa.
A penas asume el poder, instala el primer gabinete paritario en la historia de Chile. 50% hombres y 50% mujeres. Con lo cual se despliega una potente emergencia de la igualdad de género en todos los ámbitos de la vida chilena. Que transversalmente cruza los sectores políticos sin excepción alguna. De ese modo, el gobierno de Bachelet comienza a avanzar y a trabajar en sus 36 primeras medidas, destinadas a marcar en el transcurso de los 100 primeros días, el nuevo estilo de este cuarto gobierno de la Concertación.
Se prevén en estas 36 medidas, cambios emblemáticos. Por ejemplo, así lo es la reforma al sistema de pensiones para los sectores más viejos de la población. Hasta la fecha, este sistema es administrado por un sistema privado que lucra de forma grotesca con los ahorros y años de trabajo de miles de chilenas y chilenos: la inmensa mayoría. Por lo mismo, se ha comprometido una profunda reforma que garantice pensiones dignas, si embargo, a la dificultad que pondrá la oposición (más bien la derecha) ante un cambio de tamaña proporción de un sistema (hoy negocio) que mueve millones de pesos y de los cuales usufructúan un puñado de personas de la sociedad chilena.
Por lo mismo, hay que destacar lo que representa y significa Bachelet. El movimiento es de una fuerza, profundidad y alcances insospechados. No sólo representa el deseo de las mujeres por estar en igualdad de condiciones que los hombres sino también, abrió y así lo expresamos durante toda la campaña, la posibilidad de apertura e igualdad, para todos los estamentos y vertientes culturales y sociales excluidas de las decisiones, la atención y la libertad de desarrollo autónomo y pleno. En esta mayoría plural se distinguen los movimientos indígenas, de la diversidad sexual, urbanas, estudiantiles y de trabajadores. En términos generales, se percibe la potencia del estamento juvenil que goza de una historia de fuerza así como de aletargamiento y desafección.
El imprevisto secundario
A los 65 días de gobierno, comienzan movilizaciones. Los estudiantes de la enseñanza secundario (llamados “pingüinos” por los colores del uniforme que en Chile se les exige utilizar), salen a la calle masivamente. Una vez más ese segmento del estudiantado llama la atención. Reivindican problemáticas de corto plazo, todas de alcance cotidiano muy perceptibles para los estudiantes: gratuidad en la tarjeta para el transporte colectivo, gratuidad de la tarifa del transporte público, gratuidad del examen de ingreso a la educación superior (universitaria o técnica).
Hace ya algunos años, el mundo político y la opinión pública observaban como un hecho casi habitual supuestamente promovido por sectores radicalizados de izquierda, la violencia y masividad de las manifestaciones estudiantiles. Ya en el año 2000’, el movimiento secundario había despertado. Salían en gran número a la calle para exigir la entrega inmediata del pase escolar que consagra el beneficio a una tarifa rebajada del transporte público debido al atraso en la entrega por parte del gobierno. En ese momento, también se exigió mayor cobertura de aquella tarjeta para los sectores más pobres y medios de estudiantes. Llamó la atención en ese entonces, que las movilizaciones convocaran también a los estudiantes de la educación superior, tradicional y privada (en esta última estudian los tres quintiles más pobres de jóvenes y el 53% del estudiantado chileno lo hace en ese sector). Una vez logrado el objetivo cesaba el movimiento. El siguiente año 2001’, los estudiantes volvían a la carga. Esta vez en mayor número, sin embargo, sin orgánica (sin dirigentes o vocerías) ni objetivos claros mas que el nuevo retraso de la entrega del pase escolar y la extensión de su cobertura. La falta de organización por cierto no permitía claras vocerías, por tanto, el impacto discursivo en la opinión pública era nulo en tanto que esta se nutría sólo de imágenes de los destrozos que las manifestaciones desencadenaban. Ésto, por un motivo sumamente clave: la inmadurez de las instituciones y organizaciones juveniles que no permitieron una mayor profundidad analítica de la educación y en consecuencia, predominó la hegemonía de los intereses de estabilidad gubernamental y social del propio gobierno, ejercida a través de la presión y las redes de los partidos oficialistas. En los que la prioridad social y política del momento era otra: demostrar la capacidad de dar gobernabilidad democrática al comienzo de un gobierno afectado por la crisis asiática, los 10 años de la Concertación en el poder, encabezado después de 28 años, por un socialista. En tanto, particularmente, en el Partido Socialista de Chile (PSCH) se buscaba blindar a Lagos, dado que surgía el trauma político socialista: 1973’, el año del golpe de estado. Había que ser leales con el presidente Lagos como no se había sido con Allende. Se asumía una dura y traumática autocrítica. Rondaba en el ambiente, el hecho que los socialistas reconocían haber contribuido al golpe militar y su posterior dictadura asesina, por medio de presiones políticas llevadas por la radicalizaciones del movimiento socialista chileno. Ese era el cuadro político de entonces.
De ahí nace, el actual movimiento estudiantil secundario. En el contexto de una juventud activa, que comienza a sacarse la estigma que por un lado, los medios de comunicación hegemonizados por la derecha explota día tras día, año tras año: la juventud que “no está ni ahí”[1].
Durante el 2005’, el movimiento estudiantil universitario (enseñanza superior), logra un acuerdo de cobertura (en cuanto al acceso a la educación superior) con el gobierno calificado de histórico. Se garantizaría por la vía de un sistema de créditos de la banca privada con el aval del Estado, la oportunidad de acceso a la educación superior, de prácticamente el 100% de los jóvenes chilenos. Y como último antecedente y/o ejemplo, en las elecciones presidenciales de las cuales Bachelet salió vencedora, los jóvenes jugamos un papel de enorme protagonismo. Por lo que respecta a la Concertación, como nunca desde la existencia de la misma, los jóvenes de los cuatro partidos (Juventud Radical [JR], juventud del partido por la democracia, Juventud Demócrata Cristiana [JDC] y Juventud Socialista de Chile [JSCH]), organizamos un comando nacional de campaña presidencial, autónomo. Movilizamos una masa de jóvenes a lo largo y ancho de todo el territorio, de más de 150.000 jóvenes. Antecedente que en los 16 años de Concertación, no se había dado del mismo modo es decir, con autonomía y organización, con tanta fuerza y convocatoria. La autonomía organizacional se fortaleció.
En este contexto, lo que logra el actual movimiento secundario, fue imponer en la agenda política, la necesidad de una reforma a la actual reforma a la educación chilena que avanzaba lentamente en materia de calidad. Predominaba aun la educación como un producto de consumo y no como un derecho y un servicio ciudadano. Lo cual a los socialistas incomodaba de sobremanera. Sin embargo, los 16 años de gobierno y estancamiento de aquella discusión congelaron el debate partidario de los socialistas. Se mantuvo solamente en la JSCH dado que naturalmente, por nuestra presencia en el movimiento estudiantil se mantenía. Pero lo último, es muestra y señal de fractura comunicativa que por mucho tiempo han mantenido las generaciones más viejas del partido con las nuevas de la JSCH.
La violencia y masividad de las primeras movilizaciones capturaba año tras año, la atención. Sin embargo, el movimiento estudiantil logró trascender ese estigma cuando las marchas y las concentraciones se tornaron paros y tomas de los principales y emblemáticos liceos públicos de la zona céntrica de Santiago que, por medio de la Asamblea de Estudiantes (lo más parecido a la democracia directa) logra coordinar efectiva y eficazmente, una acción de movilización, de paralización sin violencia callejera, y un sistema de vocerías que permitió mantener y profundizar el mensaje político hacia la opinión pública.
Así, las demandas de corto plazo ya no eran las únicas, ni las prioritarias. Se proclamaba una profundización radical de la educación secundaria por medio de medidas concretas que entre otras, implican reformas a la constitución y al rol del Estado.
Con esto, el alto nivel de organización de jóvenes entre 13 y 18 años promedio, sorprendió al gobierno con sus desaciertos, los partidos en todo su espectro, los restantes gremios y la opinión pública que luego de ese cambio de estrategia comenzó a simpatizar y solidarizar con un movimiento estudiantil que en su clímax movilizó a más de 800.000 estudiantes secundarios, en tomas y paros de colegios y liceos de todo Chile. El conflicto se perpetuó por un mes. Durante dos semanas, todos los días, fue titular de portadas de diario y noticiarios televisivos. Los apoderados y los profesores solidarizaron. Enviaban a sus hijos al colegio ya no a estudiar sino a manifestar. En todas las capitales regionales del país, se viven diariamente jornadas de protestas con incidentes. Un paro nacional de estudiantes llevó al país a poner enorme atención en la unidad férrea del movimiento que congregaba jóvenes del espectro político completo. Voceros de derecha e izquierda imponen una discusión y un debate que en más de 30 años, desde los movimientos de los 70’, no se veía.
Esta modificación de la agenda pública, este fuerte llamado de atención es lo que pone en evidencia la necesidad de replanteamiento de la izquierda y el progresismo oficialista. En los 80 días de gobierno de Bachelet, esto es un presagio social positivo, que implica profundizar y replantearse los objetivos de fondo que se persiguen, desde una óptica pragmática y acuciosa. Acortar el concepto de democracia participativa es de enorme importancia, y es lo que los socialistas repensamos hoy. ¿Para qué queremos democracia participativa? ¿No es esta un medio? ¿En qué vimos expresado aquel concepto durante el surgimiento del movimiento estudiantil más grande y gravitante de las últimas tres décadas? Sin embargo, esta luz de alerta pone un abanico de preguntas claves que las y los socialistas debemos contestarnos. Más aun cuando vuelven a brotar las fuerzas que aceleran los procesos de demanda social: los jóvenes. Una impresión que comienza a asomarse no sólo en Chile. Con lo cual una difusa dirección puede conllevar el estallido de un movimiento amorfo, sin norte, que así difícilmente lograría concretar progresos. Para la Concertación y los socialistas, la pregunta necesaria es ¿Qué Chile es el que construimos?
[1] “No estoy ni ahí”: Expresión que los jóvenes chilenos utilizan para decir que algo no les interesa. Fue moda de expresión durante los 90’ para manifestar desafección y desinterés. Pasó a ser la expresión con la cual se caracterizó a la juventud, con la finalidad de proyectar que a ésta, nada le interesa ni nada le motiva más que sus intereses particulares. Es el concepto de juventud inconsciente e individualista que la derecha ha utilizado y explotado con mucha crudeza haciéndolo moda, para desprenderse pública y superficialmente de su ideologización derechista (en Chile, la izquierda ha logrado mantener mediáticamente la relación entre derecha, dictadura y atropello a los DD.HH). Un disfraz para no ser ni de derecha ni de izquierda, para ser apolíticos. ¿Cómo ser apolítico si manifestar apoliticismo es manifestar una posición política? Sin embargo, la misma dirigencia de la Concertación y la izquierda extraparlamentaria, dejó que se impusieran estos paradigmas en la sociedad chilena. Asumiendo en la cotidianidad un cierto desprecio y despreocupación por la actividad del movimiento juvenil en todos sus frente: partidos, organizaciones sociales, gremiales y ciudadanos, movimientos urbanos, etc.
miércoles, mayo 17, 2006
Presidente de la JS en Gira por el Norte de Chile.
Entre otra de las actividades que ha realizado, fue la entrevista que dio a Radio Digital FM de Iquique, donde se trató el tema de la Eutanasia, a lo cual Juan–Pablo Pallamar dijo que "Es importante que se den debates de este tipo en la sociedad chilena. La Eutanasia debe ser discutida, eso esperan las nuevas generaciones"
También agregó que "Para el país es una prioridad que se cumpla el programa de Gobierno. Es claro que debe darse el diálogo sobre la Eutanasia, pero si lo analizamos no es inmediata su legislación", recalcando por lo demás, que el debate debe darse al interior de la Concertación, "no es posible que algunas colectividades quieran evitarlo". Por otra parte, enfatizó sobre la importancia que debe tener la juventud en las distintas esferas político-sociales ”los jóvenes estamos comprometidos con el país, pero es primordial que se nos entreguen más espacios, somos capaces y deseamos aportar con nuestro empuje y capacidades al país".
martes, mayo 09, 2006
JS y PS abogan por salida político-jurídica a presos mapuches en huelga de hambre

El proyecto de ley del senador Navarro se fundamenta en la “seria desprotección de las garantías procesales de personas mapuches” a través de la “utilización injusta, infundada y aberrante que hace el Estado chileno de la Ley Antiterrorista”, que condenó a los comuneros a penas de diez años y un día y una multa que supera los cuatrocientos millones de pesos. La crítica se extiende al uso de testigos “encapuchados” y a la reapertura de juicios contra estas personas cuya culpabilidad no fue probada en procesos anteriores.
En su informe “Derechos humanos y cuestiones indígenas” del Relator Especial de las Naciones Unidas, Rodolfo Stavenhagen, -cita Navarro-, se recomienda a Chile no criminalizar las “legítimas actividades de protesta o demanda social de las comunidades indígenas”, además de no aplicar “acusaciones de delitos tomados de otros contextos (“amenaza terrorista”, “asociación delictuosa”) a hechos relacionados con la lucha social por la tierra y otros reclamos indígenas”.
lunes, mayo 01, 2006
JS y lider del grupo SAIKO exigen medidas contra la discriminación

"Creemos que hay una clara deficiencia por parte de las autoridades que dictaron la Ley Antidiscriminación; pareciera que solamente está para la imagen ya que no evitó que los ataques se siguieran produciendo", fueron las palabras del líder de la juventud socialista quien acusó a los militantes neonazis de actuar en forma premeditada en actos de violencia, muchos de ellos con consecuencias fatales.
Prueba de ello, según Pallamar, es el rayado a un memorial de detenidos desaparecidos en Curacaví, los constantes ataques a transexuales en las comunas de San Camilo, y Puente Alto y el asesinato hace menos de dos semanas del joven Tomás Vilches, presuntamente a manos de un joven skinhead.
La vocalista de Saiko Denisse Malebrán afirmó que"no se trata de una moda, no se les puede poner a la misma altura que jóvenes que escuchan hip hop o (música) punk, no se trata de un estilo de vida que se rija por la música sino de una visión extremista que atenta contra la seguridad y la vida de otros".
Para revertir la situación, ambos plantean crear más instancias de recreación y esparcimiento en los sectores con más riesgo social, ya que son esos lugares los que concentran mayor militancia a estas ideologías. Además no descartaron la realización de actos en forma de protesta ante las autoridades.
UPI
lunes, septiembre 26, 2005
15 mil jóvenes dicen NO + VIOLENCIA / NO+DISCRIMINACIÓN

"Dejamos atrás la generación del 'no estoy ni ahí', para dar paso a una juventud comproimetida con los problemas de Chile", dijo a Diario Siete el Presidente de la JS, Juan-Pablo Pallamar. Según el dirigente, la principal reivindicación de la juventud es lograr una nueva Constitución que recoja la diversidad del país.

fuente: Diario siete.


En sus palabras también dejó de manifiesto que la Juventud Socialista seguirá impulsando acciones concretas para generar cambios radicales en esta materia.
viernes, septiembre 23, 2005
UN NUEVO MOVIMIENTO SOCIAL QUE DICE NO A LA DISCRIMINACIÓN Y LA VIOLENCIA

NO + VIOLENCIA
Esta multitudinaria concentración organizada por la Juventud Socialista de Chile es el resultado de las acciones que emprendimos hace un mes y medio, junto a la Juventud Judía de Chile, Unión General de Estudiantes Palestinos, el Sindicato Trans Amanda Jofré y Organizaciones Indígenas. Al cual hoy se ha sumado, la FEUC, la FEUSACH, el CED de la Universidad de Chile, la actriz Manuela Martelli, el grupo Saiko, la Mano Ajena, Quique Neira, Boomer, Polter, Contrafuga, Lulu Jam, Massakre entre otros artístas que adhieren a la causa.
¡Hemos logrado sin lugar a dudas, algo muy significativo para instalar en el debate nacional, una realidad dramática que en democracia y el siglo XXIº es inaceptable!
Se lo dijimos al Ministro Puccio hace algunas semanas en nuestra acción en La Moneda y a Gabriel Ascencio Pdte. de la Cámara de Diputados cuando fuimos a Valparaíso. La violencia que por ejemplo ejercen grupos nazis o la discriminación que existe por parte de la cultura chilena frente a los indígenas, las mujeres o nosotros, los mismos jóvenes, es realmente más que preocupante. La sociedad en su conjunto debe hacerse parte de algo que puede en cualquier momento tocarlo a uno.
Es así, que hemos dicho lo necesario de tener una nueva Constitución que ampare todas las personas, sin importar la religión, su sexo, su cultura originaria, su condición etaria o física, Chile debe hacerse cargo de promover con radicalidad y profundidad, su pluralidad democrática. Hay que imponer una cultura de la diversidad, igualdad, libertad y pluralidad, una cultura realmente a la altura de lo que a lo menos las y los jóvenes socialistas creemos: una cultura radical y profundamente más democrática.
jueves, septiembre 22, 2005
DONDE HUBO MUERTE TIENE QUE HABER VIDA: ESTADIO VICTOR JARA

Esto porque hace algún tiempo se escucharon fuertes voces que pretendían clausurar el Estadio para ser sede de un bellos estacionamiento de auto (además pagado -perdón por el sarcasmo-), ante lo cual la JS sin lugar a dudas, no podía quedar indiferente.
Es un deber y una tarea, que los socialistas asumamos que donde hubo muerte, hoy, debe haber vida. Y que mejor vida puede tener un edificio que la alegría o la concentración de miles de personas que disfrutan de la cultura, del arte o el deporte, o de la actividad cívica de su antojo. Así debe ser el Chile de hoy, con memoria pero con memmoria hacia al futuro. En ningún caso vivir del recuerdo.

lunes, septiembre 19, 2005
UN FUTURO RADICALMENTE DEMOCRÁTICO CON MEMORIA





PRESIDENTE EN PROCLAMACIÓN SOCIALISTA DE MICHELLE

Compañeras y compañeros,
Es para mi un honor, en nombre de la Juventud Socialista de Chile y su nueva Dirección Nacional, que cumple, este año 2005, 70 años de vida e historia, saludarlos con especial fraternidad en tan solemne e importante reunión, tanto para nuestro partido así como para Chile.



martes, agosto 09, 2005
JUVENTUD SOCIALISTA SE QUERELLA CONTRA VIOLENCIA


fuente:UPI

JS Y GOBIERNO PROMUEVEN PARTICIPACIÓN POLÍTICA JUVENIL
Las propuestas juveniles surgieron en el marco del Diálogo entre jóvenes chilenos y jóvenes de la Universidad de Harvard, organizado y promovido por la Secretaría General de Gobierno en el Palacio de La Moneda. El Subsecretario General de Gobierno Patricio Santamaría anunció esta mañana que entregará al Instituto Nacional de la Juventud las propuestas que los propios jóvenes han planteado para enfrentar la tendencia creciente de este sector a no participar en política y en los procesos electorales, para que se consideren entre las prioridades gubernamentales sobre la materia.
El documento del mundo juvenil será entregado por el Subsecretario General de Gobierno este viernes 12 de agosto, Día Internacional de la Juventud. Las propuestas juveniles surgieron en el marco del Diálogo entre jóvenes chilenos y jóvenes de la Universidad de Harvard, organizado por el propio Santamaría en el Palacio de La Moneda. Santamaría destacó que "el Gobierno está empeñado en incorporar la participación de los ciudadanos y ciudadanas en la elaboración y ejecución de propuestas gubernamentales y, en ese sentido –enfatizó- que mejor que escuchar a los propios jóvenes y apoyar desde el Ejecutivo sus propuestas para resolver el problema de su menor participación en la política". Las propuestas de los jóvenes proponen, en concreto un sistema de inscripción que no sea una barrera de entrada; el reemplazo del sistema binominal por otro que permita elegir entre varias alternativas y que no excluya la expresión de importantes sectores hoy marginados; partidos políticos más abiertos a la ciudadanía, que incluyan en su agenda los temas de los jóvenes y que permitan una participación real en esas colectividades; la introducción del plebiscito para temas de interés público y la promoción de la educación cívica, los derechos y deberes de los ciudadanos y los valores de la democracia.
Juan-Pablo Pallamar, presidente de la Juventud Socialista de Chile, destacó que "los jóvenes tenemos un proceso propio y, por tanto, debemos asumir nuestro rol y responsabilidad como juventud –independiente de nuestras ideas políticas- y luchar por los derechos de los jóvenes, asumir sus problemas y combatir todas las formas de discriminación que les afectan".
Alberto Ramírez, de las Juventudes Comunistas, considera que una de las causas está en el sistema electoral. "El sistema binominal impide que la izquierda tenga expresión pública y esté representada. Antes de 1973, el parlamento era más representativo de la pluralidad de sensibilidades e ideas que existían en el país, con representantes del mundo sindical y juvenil. Para motivar una mayor participación juvenil se debe avanzar a un cambio del sistema electoral e incorporar el plebiscito para que los ciudadanos deciden sobre temas de interés nacional".
Paola Sandoval y Elizabeth Loyola, de la Vicaría de la Esperanza Joven, coincidieron en que "los jóvenes hoy participan en política, pero de una manera distinta a lo que el mundo adulto entiende por participación política, los jóvenes participan en el cambio político, cultural y social del país a través de la acción social a favor de los que más lo necesitan".
Jóvenes de Harvard Russell Weinstein indicó que "los problemas de participación juvenil en política son muy similares en Chile y Estados Unidos. Las encuestas nos demuestran –en ambos casos- que la participación política juvenil es muy baja, pero también que la participación social de los jóvenes está aumentando lo que revela que los jóvenes si tienen interés en los problemas públicos o colectivos".
Reed Malin destacó la pluralidad y el respeto entre los jóvenes chilenos "este encuentro con participación de liberales y miembros del Partido Comunista sería muy difícil en Estados Unidos y, es una demostración que se puede avanzar mucho más en la búsqueda de soluciones consensuadas y plurales para promover la participación juvenil".
Wojciech Kubic agregó que "Estados Unidos es hoy una sociedad muy dividida, donde no existe un acuerdo respecto al proyecto futuro como país. Y la participación se reduce a elegir Presidente entre dos alternativas y sus estrategias respecto al temor del terrorismo. La opción por el mal menor afecta el interés de los jóvenes a participar activamente en política".
Fuente: El Mostrador
JSCH JUNTO A JÓVENES PROPICIAN INSCRIPCIÓN EN REGISTROS ELECTORALES

JSCH CONTRA BRUTALIDAD NEONAZI


martes, agosto 02, 2005
LA POTENCIA SOCIALISTA DEL IMPULSO DE LA JUVENTUD

Se ha dicho de todo sobre los jóvenes, pero lo cierto es, que los jóvenes chilenos siempre han tenido inquietudes sociales, ¿cómo no? Están en distintas organizaciones sociales, caritativas, solidarias, voluntarias, políticas, sociales, culturales. Pero se insiste en decir lo que deben hacer y no se entiende que los espacios de participación libres que la sociedad necesita son los espacios que los jóvenes están faltos e intentan de una u otra manera construir. No se ve a los jóvenes lloriqueando por espacios, sólo se ve apatía con todos aquellos que sólo piensan que los jóvenes necesitan modelos a seguir. Que discurso más paternalista e incapacitador; ¿Qué clase de discriminación generacional puede ser esa? ¿Qué apuesta social y política puede ser esa?
Nos toca plantearnos nuestro rol juvenil en la sociedad. Los jóvenes no estamos para espacios en los que se nos trata como atrofiados o incapaces, como ignorantes y carentes de sueños importantes. No porque no nos comportemos como las demás generaciones anteriores podemos permitir ser tratados como inconscientes e individualistas. Ese trato, es el reflejo de la vida de aquellos que se creen muy normales porque trabajan como burros creyendo que su tarjeta de crédito ‘La polar’ o ‘Falabella’ va a solucionar los problemas de violencia, drogadicción, alcoholismo, falta de oportunidades, discriminación y tantas problemáticas que se dan en el seno de su familia, de las que además, hacen vista gorda.
Los jóvenes estamos y debemos estar en todo espacio político, social, cultural y económico, como actores generacionales a la par del resto. Somos un segmento particular que con potencia debe tomar el espacio que le corresponde en las instancias de decisión del país. Debemos relacionarnos de igual a igual, para ser tratados y considerados como corresponde a nuestro rol generacional. Los jóvenes socialistas estamos muy vivos, sumando cada vez más, asentando una idea juvenil que no puede circunscribirse sólo al espacio de nuestro partido sino a todos los espacios habidos y por haber, gubernamentales, empresariales, gremiales, culturales y sociales. Somos el empuje fresco de la sociedad y para ello debemos tener claros nuestros objetivos socialistas desde nuestra realidad generacional.
RENOVACIÓN PERMANENTE
Probablemente, este subtítulo cause sentimientos de desavenencia o adhesión con el contenido que aun no has leído. Claramente, la palabra “RENOVACIÓN” produce y contrapone posiciones sin medias tintas. En general causa más prejuicio (y hasta perjuicio) que fraternidad política y partidaria. Para mí, la verdad, es que no significa más que un antiguo debate en el partido. Una historia de las ideas socialistas.
Lo cierto es, que la gran mayoría de los socialistas se renovaron. Esa es una realidad de la cual ningún compañero o compañera puede escapar. No se trata de “meter la puntita” como diría algún estimado compañero, no se trata de tapar con un dedo lo que uno es, ni francamente, tampoco se trata de contraponerme a alguna posición de “lote”, porque la realidad demuestra, que a lo menos, los jóvenes socialistas no tenemos grandes diferencias de fondo respecto a lo que defendemos y deseamos construir. La renovación constituye fundamentalmente una expresión democrática del socialismo. Que considera indispensable para el progreso, la igualdad, la libertad, la paz civil y el desarrollo de los pueblos, la democracia como unidad política y social básica.
Sin embargo, esta necesaria “pajamama” permite plantear un primer principio a discutir. El socialismo actual debe renovarse permanentemente en un ciclo sin fin. El mundo se mueve rápido, los cambios se mueven rápidos. Todo es rápido. La pobreza aumenta rápido, el comercio es rápido. La tecnología cambia rápido, uno se mueve más rápido. Y lo que no se mueve rápido, se dice que es estructural, que está ahí y no se puede mover porque todo podría venirse abajo.
Bueno, ¡no! A pesar de no entender nada de sistemas y estructuras -bla, bla, bla, bla, blá…-, no estoy dispuesto –como muchos académicos plantean- tan sólo porque la estructura lo impone así, a vivir en una sociedad que mantiene el desempleo -aunque algunos lo justifiquen-. No estoy de acuerdo con aquellos que creen en una “mejor” pobreza. Hay más pobres porque hay unos pocos siempre mucho más ricos. Aspirar a un mundo sin pobreza, un Chile sin pobreza, es un imperativo socialista.
Sin embargo, no replantear nuestras ideas una y otra vez, para progresar y adaptar siempre nuestra acción a la realidad que vivimos, es ser profundamente conservadores. Es engañarse a sí mismo pensando que se es revolucionario. Renovarnos permanentemente es prioritario. Precisamente porque es lo que menos hemos podido hacer. Nuestra institución se ha anquilosado inevitablemente por anclarnos en discusiones que ya debiéramos tener resueltas. Nuestra lógica partidaria es la que hemos heredado.
Cierto, hay muchísimo que rescatar, pero ¿qué relevancia tiene discutir respecto a nuestras lógicas internas y luego replicarlas, si seguimos siendo insignificantes para los cambios que la gente necesita?
Es prioritario construir un espíritu diferente. Una actitud que nos permita estar rehaciéndonos permanentemente. Una teoría que nada nuevo tiene pero que ha sido un puntal de génesis imperturbable para la izquierda. Lenin le llamó “la revolución permanente”. Aunque poco importa el nombre, lo relevante es, que para hacer del partido una herramienta efectiva para las transformaciones a las que aspiramos, debemos modernizar el PS y para eso, debemos modernizar la JS. El PS no va a modernizarse de la noche a la mañana. Para eso las nuevas generaciones somos clave. Debemos sumergir al partido en un proceso de modernización. Ahí radica nuestra primera misión generacional, nuestra primera prueba de fuego, donde veremos si fuimos o no fuimos “culos” de lograrlo. Nos mediremos en unos años más, cuando la actual generación y las venideras, seamos capaces de construir y asumir un PS moderno, realmente mayoritario con pragmáticas ideas de izquierda, un partido coherente y responsable, conductor y movilizador, un partido de masas.
Para ese tiempo nuestros actuales y connotados dirigentes habrán jubilado, y espero, viviendo una próspera longevidad. Por eso que este proceso de modernización se inicia con la actual generación. La JS debe modernizarse y empujar con potencia una transformación del PS.
Para eso, ya estamos atrasados. La pobreza no esperará a los socialistas para aumentar, así como la desintegración social causada por la falta de oportunidades e igualdad, la opresión cultural étnica y la voracidad capitalista, tampoco lo harán.
Hay que renovarse y revolucionarse ahora ¡ya! Abrir un debate y una acción política, práctica y sistemática hacia otras lógicas de entendimiento que debe ser constante. La renovación permanente significa asumir conciencia generacional, conciencia de que debemos desafiar lo inaceptable y lo injusto. Asumir nuestro rol juvenil de agitadores sociales.
Sin embargo, no es suficiente. Hemos y estamos cumpliendo con el primer paso del fortalecimiento institucional. Ahora debemos dar un salto gravitante. Sí no somos capaces de rehacernos con potencia y velocidad, perderemos de más en más el sentido propio e histórico que la JS ha tenido para Chile.
Construir una JS moderna, potente e inteligente es prioritario, más aun cuando pretendemos gobernar, junto a nuestra compañera Michelle Bachelet, el destino de un Chile justo, igualitario y desarrollado integrado al continente Latino Americano. Nuestro desafío es ser convocantes. Es ser una Juventud de mayorías que sepa estar en la primera línea de los desafíos y la acción.
JS-PS XXIº: GLOBALIZACIÓN Y MASAS
No obstante, la consistencia de nuestra visión y nuestras acciones se encuentra determinada por la forma de comprender el mundo al cual pertenecemos. Por analizar con claridad, fenómenos que son evidentes. La actual sociedad del siglo XXI, globalizada, la sociedad de masas, exige que la política democrática se legitime mediante el derecho a la participación de la y el ciudadano. Así una masificación profunda de la JSCH y PSCH, en su quehacer diario y sus estructuras de orden interno son un imperativo ante la legitimidad social que perdemos día a día.

Los procesos internos deben ser al estilo de las primarias de la concertación, un espacio de participación libre del ciudadano que no pertenece a otro partido. Que todo aquel ciudadano no afiliado a otro partido que no sea el PSCH, tenga el derecho a votar y participar en las elecciones internas de nuestro partido. ¿Cómo una persona sin ser militante o afiliada, no va a identificarse con mayor compromiso y lealtad a una tienda política, si ha votado, participado y contribuido a elegir un representante de un determinado partido? Creer lo contrario, es no tener confianza en la sinceridad de los actos de la gente. Sin duda, una contradicción tremenda para un partido que funda su acción en la gente y por la gente.
Con esto habrá un cambio, existirá una radical diferencia ante la sociedad. Hay más legitimidad cuando hay más participación, y este principio, ha sido fundamento de los socialistas tanto hoy como durante el transcurso de su historia.
LA PROPUESTA
Por ello, debemos abrir nuestra estructura. La JS debe ser más que dialogante. Debe contener directamente la voluntad de muchos jóvenes socialistas, de izquierda y progresistas. Las elecciones internas de la JS deben abrirse. No sólo los militantes deben tener el derecho a elegir los dirigentes de la JS. Todos los jóvenes con la edad que nuestros estatutos establecen (entre 14 y 28 años), no inscritos en otro partido, deben tener derecho a sufragar y participar en la JS. Es decir, hay que construir una JS sólida, del pueblo, de la gente. No creo en la frase que muchos socialistas enarbolan: “…Pocos pero buenos…”. Perdón, ¿quiénes son los buenos? Hay que dejar de mirarse el ombligo. Esto es un desafío colectivo por lo que debemos ser infinitamente muchos, preparados y organizados.
Abrir nuestras internas a los jóvenes que sienten cercanía al socialismo y a la JS, es decirle a todos: “Estamos mucho más que sólo vivos. Estamos vivos y transformando el país. Nos hacemos cargo del desafío y la tarea de construir un mundo que con justicia, igualdad y dignidad alcance para todos; con coherencia, consecuencia y claridad en el rol político que a la Juventud Socialista de Chile le corresponde y aceptamos asumir siendo gobierno u oposición”.
Abrir nuestras internas significa que, en vez de tener un universo de 1500 votantes en las internas de la JS, podríamos ser 10.000 y quizás más de 15.000. Es decir, seríamos casi 10 veces más lo que hoy somos. ¿No es diferente tener dirigentes electos con un respaldo de 10.000 personas a otros electos por 1500? ¿Puede alguien refutar que seríamos una juventud con respaldo y peso electoral, político y social brutalmente superior? Ciertamente, un salto gigante.
Muchos ya no tendrían que “pedigüenar” espacio juvenil en el PS. Con esa transformación ya lo tendrían ganado, sólo quedaría actuar. Participar en el PS no sería más un esfuerzo individual, sería un logro colectivo e institucional.
Sí en el PS votan 20.000 aproximadamente personas y en la JS, votaran 10.000 o tal vez 15.000, significaría ser casi el 50% del PS. No menor cifra, por decir lo menos. Seríamos actores políticos lo cual nos forzaría ser más rigurosos en nuestra acción. ¡Ya no representaríamos 1500 sino 15.000! Y posiblemente, el PS se vería forzado a hacer lo mismo en virtud de contrapesar nuestro crecimiento.
Si así fuera, estaríamos ante un enorme y positivo cambio que podría revitalizar la fuerza del PS. Pero, no hay que caer en la ficción. Lo importante es atreverse y tener “cojones” para revolucionar nuestro funcionamiento. El congreso de junio, es la instancia, es la oportunidad para conducir e impulsar transformaciones que nos permitan avanzar rápido y fuerte porque la crudeza de la pobreza y la desigualdad no esperarán que llegue “El Elegido” para hacerse más dramática y dura.