lunes, diciembre 11, 2006

Pinochet muere, su atrocidad se mantiene


El recién pasado lunes 10 de diciembre 2006, murió Augusto Pinochet. Dictador y genocida, ladrón del estado chileno, bestia responsable de la muerte de miles y miles, de jóvenes -muchas veces niños-, mujeres, ancianos, indígenas, homosexuales, trabajadores y estudiantes, artístas e intelectuales, campesinos y obreros, pescadores y artesanos.

Fueron más de 6 mil las y los que fenecieron bajo el yugo exterminador de un felón militar, amparado por la conspiración, el respaldo fáctico de los poderes económicos de Chile y otros países, así como por la acción secreta y hoy reconocida de un estado poderoso como Estados Unidos de Norte América. Todas y todos, murieron en campos de concentración, a vista y paciencia de la derecha que apoyó a Pinochet y que en cada campaña electoral se le distancia; y más del 40% de aquellos seres humanos, de los cuales, a más de 33 años del golpe de Estado dado por lo militares y a más de 17 años de la recuperación de la democracia por las fuerzas políticas democráticas, aun se desconoce su paradero.




"Murió el criminal" se vitoreaba ayer, en el ombligo de Chile, la plaza Italia. Mucha alegría, mucha euforia. El pueblo sonreía y como hace mucho tiempo no hacía, o no lograba hacer, colmaba espontáneamente la avenida principal de Santiago de Chile, la "gran" Alameda. Ayer se abrió nuevamente la gran Alameda. Ayer, como en todas las ciudades del país, pasó libre la juventud, las mujeres y hombres diversos, la gente de Chile. Realmente emocionante.




Sin embargo, como a muchos, nos intrigaba la duda. ¿Será cierto? ¡Necesito ver el cuerpo! Me decía en la cabeza, al mismo tiempo que uno asumía que la justicia, aquella con la que vivimos, la de los tribunales de justica de Chile, no le llegaría. Visto por la TV el cuerpo en su féretro, en la Escuela Militar de Chile, la rata muerta de alguna forma reía, de otra, era patética.




Y así miles más, torturados y exiliados, hijos de detenidos desaparecidos, de ejecutados, de torturados y exiliados; de miles de chilenas y chilenos que durante años y años, fueron obligados al silencio, a no decir, a no expresar. Ayer, todas y todos fuimos marcados sorpresivamente, por una fecha que sabíamos que en algún momento llegaría a pesar de lo que durante una semana se gestaba.




La historia no se detiene y como decía Salvador Allende, ésta [...] es nuestra y la hacen los pueblos.




Recomienza el debate. Y, no. La transición no ha terminado. Digan lo que digan. sin embargo a la reforma constitucional realizada por el gobierno de Lagos, sin embargo a los muchos avances económicos, políticos, sociales y culturales de la Concertación -aunque otras y otros no reconozcan la evidencia-. Tampoco ha terminado la transición porque falte tanto por avanzar en materia social, política y cultural o porque la deuda social y humana de Chile aun sea profunda. Lo era también antes del golpe, antes de la UP, desde que el mundo ha sido mundo, desde que en el mismo hay gente que lucha contra la igualdad y la equidad social, y más bien, hace la guerra para su beneficio personal.




La transición no ha terminado porque aun no ha habido una justicia categórica y esclarecedora. Pareciera que ciertamente, la justicia chilena no quiere hacer bien su trabajo (y no nos desorientemos en tonteras -hasta periodísticas y amarillas- por pensar o insinuar con supuesto criterio objetivo, que la justicia quiere hacer bien su trabajo pero no le resulta). La justicia chilena no ha sido categórica -no con la historia sino- con la gente y la ciudadanía chilena. Ha preferido mantener la nebulosa, la impunidad y eso es lamentable. Es ahora su obligación, y más que todo, de la ciudadanía chilena, presionar con más fuerza que nunca, reimpulsar con toda toda su voz, la justicia que deben dar los tribunales a las y los Detenidos Desaparecidos, las y los asesinados y ejecutados, las y los torturados, las y los exiliados y exonerados, a las y los acallados.




Pero la otra tarea inexcusable y paralela, aquella que impone también el fin de la transición, el alcance de una democracia plena que pueda seguir avanzando, es decir, la reconciliación, es la abolición del sistema binominal y la reforma profunda que necesita la nueva Constitución Política progresista del Chile que avanza en unidad. Por más que nos hemos esforzado, por más que durante 16 años de Concertación se ha avanzado, por más que sea evidente que las cosas son diferentes, en nuestra nación siguen existiendo ciudadanos y ciudadanas de primera, segunda y tercera categoría.




Aquello no sólo es producto de la economía y de la lucha entre ricos y pobres. Precisamente hoy,es una diferencia consolidada y oficializada por la Constitución del 80' aquella promulgada por Pinochet. El genocida la institucionalizó en Chile estableciendo desde la misma matriz democrática -la constitución- el completo sistema de desigualdad que hoy impera en nuestro país. Desde el lugar de lo que siempre permanece y que con mucha dificultad puede cambiar.




Pinochet muere y termina, cuando su atrocidad -"su obra" como dicen los pinochestista- haya sido erradicada, transformada, reemplazada y cambiada por un sentido y principio de igualdad democrática en el sistema político, judicial, legislativo, cultural, educacional, económico y social del Chile y el mundo al cual las y los jóvenes progresitas y de izquierda, las nuevas generaciones socialistas debemos golpear y atacar con la constancia de toda nuestra potencia.

3 comentarios:

puebloppd dijo...

LA MUERTE DEL DICTADOR
Por Valeria Bustos

Vengo llegando de las afueras de La Moneda,
(temprano estuvimos en Plaza Italia)
la emoción me embarga,
eramos miles de chilenos festejando,
con cantos , consignas, bailes, abrazos, champaña,
cervezas, challas y globos...

El Pueblo en su conjunto celebrando la muerte de Pinochet.
rostros alegres, niños, mujeres, ancianos, punks,
los del Colo y la Chile,artesas y cuicos, universitarios y obreros
madres de Detenidos Desaparecidos
con sus fotos prendidas al pecho
y sus ojos enrojecidos por las lágrimas de felicidad.
Tanta rabia contenida por mas de 30 años,
generación tras generación,
dolor tras dolor, angustias, miedos, esperanzas...

En Chile no hubo Justicia...
espero que exista otra vida
y en ella se juzgue al Tirano que tanto daño nos hizo ,
de una u otra manera, en mayor o menor grado
todos fuimos afectados por la cruel dictadura:
Ejecutados Políticos, Detenidos Desaparecidos,
Presos Políticos, Exonerados, Torturados, Exiliados,
Marginados, Excluidos...Hijos de, Padres de,
Hermanos de, Amigos de, Parejas de...
Millones de chilenos "marcados" por los aparatos represivos,
Millones de chilenos amenazados,
durmiendo a saltos hasta el día de hoy,
Millones de chilenos nacidos en la Cultura del Terror...


Chile es un Pueblo herido que hoy festejaba en el Centro
con banderas Chilenas, Venezolanas, Socialistas,
Comunistas , de La Gran Gladys Marín,
de la histórica Izquierda Cristiana,
Sólo una bandera extrañé...
de "mi querido Pueblo PPD".

Pese a ello tengo la certeza que no eramos pocos los compañeros
que allí sin banderas partidarias
o con banderas chilenas, celebrábamos junto
al Pueblo el principio del resto de nuestras vidas.

Viva Chile,
Viva la Democracia,
Viva el Pueblo Alegre
Cantando en las Anchas Alamedas.


Un abrazo fraterno y rebelde...
Valeria Bustos Arriagada
Consejera Nacional PPD

Anónimo dijo...

La verdad no me siento completamente identificada con aquellos que salen a celebrar, si todos algún día tenemos que morir!, y no hay premio ni castigo en eso, por que no creo que en el infierno ni en una justicia divina después de la muerte, lo realmente bonito hubiese sido que lo hubieran juzgado en vida, hay hubiese salido a las calles a celebrar, pero igual me alegra y me llena ver al pueblo y a mis hermanos socialistas tan felices :D :D :D
que alegría que aun haya mucha gente que tiene la mirada limpia, todos los hermanos socialistas que ven hoy las noticias con los mismos ojos con los que yo miro la televisión en este momento, es entonces cuando tomamos aire con todas nuestras fuerzas… tratando de llenar nuestros pulmones, y soltamos un suspiro…
Pero con el alma gritamos ¡QUE AUN TENEMOS ESPERANZA!, que aun creemos que se conseguirá la paz, y los problemas del mundo se solucionaran….
¡ Sí a la Democracia!
¡ Sí a la Justicia!
¡ Sí a la Libertad !
¡ Sí a la Vida!

Chus Greciet dijo...

Ahora, con el tirano muerto, os toca fortalecer día a día, con vuestro trabajo, la democracia chilena. No permitáis a los reaccionarios que pongan una cortina en la historia. Que se recuerde todo, lo bueno y lo malo. Y tampoco les permitáis erigirse en "demócratas de toda la vida".

En España lo han intentado, tratando de hacernos olvidar los 40 años de Franco y tratando de hacerse ver como los mayores luchadores por la democracia.

Ánimo, compañeros.

Un saludo desde España